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El pasado 8 de mayo Robert Prevost se presentó por primera vez ante el mundo vestido de blanco en el balcón central de la basílica ... de San Pedro del Vaticano. Tanto los millones de personas que seguían el cónclave desde los medios de comunicación como las decenas de miles de fieles que se habían congregado en la plaza se toparon con un Papa muy distinto a su antecesor, Francisco, fallecido el 21 de abril. León XIV no improvisó su discurso, sino que lo leyó de unos folios que había preparado, e incluso cantó durante la oración. También optó por una vestimenta más tradicional que la del Pontífice argentino, al comparecer con el hábito largo, la sobrepelliz, la muceta y la estola dorada, así como el cordón y la cruz, recordando más a la imagen que ofreció Benedicto XVI cuando fue elegido obispo de Roma en 2005 que a la sencillez de Francisco en 2013, quien no utilizó la esclavina ni la estola.
En el mes que ha transcurrido desde su primera comparecencia como líder católico, León XIV ha confirmado las impresiones que generó aquel día. El Papa peruanoestadounidense ha demostrado ser un tipo más reservado y menos espontáneo que Jorge Mario Bergoglio y al que le preocupan más las formas y la liturgia que a su antecesor. También ha archivado la posición crítica frente a la Curia del argentino, destacando en cambio lo necesaria que resulta su labor. Tras el terremoto que supuso la llegada de Francisco al solio pontificio, con León XIV el ritmo se ha hecho sin duda más tranquilo. Y todo ello sin que, por el momento, haya mostrado que su concepción de la Iglesia católica diste mucho de la que tenía Bergoglio. Las aperturas en la pastoral y la mayor participación de los fieles en la toma de decisiones parece que van a continuar. Al igual que el inmovilismo en algunos temas, como ha confirmado al defender la familia tradicional.
«A distancia de un mes de la elección del Papa León hay un 'conflicto de interpretaciones'. Está por un lado quien se agarra a la muceta roja y aclama el retorno a la tradición, y quien se agarra a los zapatos negros y habla de un Francisco II», afirmó en un artículo publicado por el diario 'La Repubblica' Antonio Spadaro, exdirector de 'La Civiltà Cattolica', la prestigiosa revista de la Compañía de Jesús cuyos textos cuentan con el visto bueno de la Secretaría de Estado de la Santa Sede. Actual subsecretario del Dicasterio para la Cultura y la Educación, Spadaro destacó que en estas primeras semanas de Prevost la palabra 'apertura' ha estado muy presente en sus discursos. «Va en una dirección que recoge la herencia de Francisco y que relanza el anuncio del Evangelio con voz propia», señaló.
Aunque todavía no ha tomado decisiones de peso ni tampoco ha realizado apenas nombramientos importantes, León XIV sí que ha dejado claro cuál va a ser su línea a seguir: el Concilio Vaticano II, el evento eclesial más importante de los últimos siglos al actualizar la presencia de la Iglesia católica en el mundo en diversos ámbitos. En la reunión que mantuvo con los cardenales dos días después de su elección como Pontífice, el nuevo Papa les exigió «plena adhesión» al camino conciliar, que a su juicio fue «actualizado magistralmente» por Francisco con su exhortación apostólica 'Evangelii Gaudium'. No pueden esperarse por tanto vueltas al pasado con León XIV ni un desmonte de la concepción de Iglesia de puertas abiertas desarrollada por Bergoglio. Eso no significa que no vaya a haber cambios, como el retorno del Papa al apartamento pontificio del Palacio Apostólico, donde Francisco no quiso vivir al preferir la Casa Santa Marta, una suerte de hotel dentro del Vaticano. Las dependencias están siendo restauradas antes de que se traslade allí Prevost desde el apartamento que utilizaba en sus tiempos de cardenal y donde reside por el momento.
«Un nuevo pontificado contiene siempre el desafío de un nuevo inicio para todos», afirma Agostino Giovagnoli, profesor emérito de Historia Contemporánea en la Universidad Católica del Sacro Cuore. «De las primeras intervenciones de León XIV viene en particular un impulso a comprender de un modo más profundo el cambio de época en el que estamos inmersos. La referencia a la inteligencia artificial es elocuente. Pero no puede tratarse de una mirada neutra», afirma Giovagnoli.
De cara a los próximos meses, el gran evento de León XIV es la Jornada Mundial de la Juventud, que se celebrará en Roma el primer fin de semana de agosto y en la que se espera a más de un millón de jóvenes. Y es posible que realice en noviembre una visita a Turquía para participar en la conmemoración del 1.700 aniversario del Concilio de Nicea. También ha manifestado su deseo de acudir a Perú, el país donde residió durante décadas, y a Argentina.
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