El director del Festival de Mérida pide moderación en los precios de los hoteles

Por eso repiten colaboración y en toda la red nacional de la empresa pública se promocionará el programa de funciones de este verano en Mérida. Confiesa Jesús Cimarro, director del Festival, que el Parador de Mérida es como su segunda casa. En 1933 – con la primera edición – ya estaba el Parador hospedando a espectadores que venían a la ciudad. Raquel Sánchez, presidenta de la red pública, destaca también la colaboración y la sinergia. «Es una colaboración modesta y humilde, pero importante porque nosotros no somos un establecimiento hotelero al uso. Vamos más allá. Ejercemos de dinamizadores de la cultura española. Ese es nuestro rol también».

Por eso habrá una campaña de promoción especial en los paradores extremeños de las obras que se estén representando o se vayan a representar en Mérida, para animar a los huéspedes a visitar la ciudad y ver el teatro.

El parador de Mérida hará este año un homenaje gastronómico a Vargas Llosa y diseñará un menú al que ha llamado 'Odiseo', el último personaje que interpretó en el Festival. Y ofrecerá entradas a mejor precio –con un 20% de descuento– a los clientes que se alojen y en alojamiento a los equipos de las productoras que irán pasando por Mérida. «Lo más importante para nosotros es la promoción. La red que tiene Paradores es impresionante por el volumen de público potencial al que llegamos», explica el director Cimarro.

Adelanta también que negocian acuerdos similares con otras cadenas que operan en la ciudad.

Mérida, explica el director, tiene capacidad de sobra para todos los bolsillos. Para que cualquiera pueda venir a la ciudad a ver una función y alojarse. Y no es casualidad, aclara, que en breve se vayan a abrir nuevos hoteles en la ciudad. Por eso aboga por la contención en los precios. «Para conseguir que el público siga viniendo a Mérida, la moderación es fundamental. Yo entiendo que los hoteleros quieran sacar un rendimiento. Es lógico que lo hagan. Pero mi función también es evitar que se pierda la moderación y llegar a picos de precios que no sean asumibles por el precio. Tenemos que movernos todos en la moderación», insiste el director.

La presidenta de Paradores cree que la moderación en los precios interesa a un público que busca una experiencia más allá del alojamiento. «No solo gana el establecimiento hotelero, también el mundo de la cultura y del teatro».

Tiene en estos momentos el Festival casi cuarenta mil entradas vendidas sobre las ciento veinte mil que forman el aforo total del programa. Para el director ha alcanzado ya esta edición un ritmo muy satisfactorio. Aunque a priori haya producciones más destacada que otras. Desde que se presentó el programa, algunas producciones han despertado mucho interés entre los aficionados al teatro. «Todos los veranos escucho la queja de que no hay entradas, pues ahora es el momento», aconseja.

Aprovechó la presidenta de Paradores para adelantar también que las inversiones de mejoras que se están haciendo ahora en los paradores de la región tendrán una segunda fase que se conocerá tras el verano.