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«Los problemas cada vez son más graves». Alonso Sánchez, secretario general de la Asociación de empresas de transportes de Extremadura (Asemtraex), lleva meses alertando ... sobre la falta de trabajadores cualificados en el sector. Ahora la escasez está llevando incluso a suprimir servicios. «Hay gente que tiene vehículos parados porque no encuentra conductores», afirma.
Como explica Sánchez, un camión nuevo puede costar 175.000 euros y un autobús 300.000. Ninguna empresa renunciaría a trabajar porque necesita recuperar la inversión realizada, pero no hay conductores suficientes para atender esos servicios.
Según el secretario general de Asemtraex, en los próximos cinco años se necesitarán al menos 1.500 profesionales en Extremadura para asegurar el relevo de los que se jubilen, a una media de 300 al año. Pero si la demanda de actividad en el transporte de mercancías crece, como todo indica, las necesidades podrían llegar a 2.200 o 2.500. «Faltan conductores de autobuses, de rutas de camiones de largo recorrido... Hasta de paquetería», añade.
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«No es un problema del sector del transporte», afirma Alonso Sánchez, que alerta de las consecuencias para la actividad económica y la sociedad. «Las mercancías tienen que llegar a los lugares de distribución».
Lejos de solucionarse, este problema va a más. Como muestra, señala las medidas para fomentar la jubilación anticipada a partir de los 55 años. Un avance laboral pero un peligro añadido para la actividad en la región, donde la media de los conductores ronda los 50 años.
El ferrocarril, con las mejoras en marcha en la región, podría ser una alternativa. El sector del transporte por carretera lo considera positivo, ya que ayudaría a realizar su trabajo. Pero sólo para cubrir grandes distancias, mientras que lo que se denomina servicio de última milla seguirá requiriendo el camión.
La Junta ha puesto en marcha ayudas para la obtención de carnés para conducir camión y autobús. Alonso Sánchez aplaude esta medida, pero afirma que no está llegando al sector. Según indica, hay quien recurre a estas subvenciones para obtener títulos con el objetivo de lograr puntos para oposiciones públicas. Además, para trabajar en el sector se necesita además el certificado de aptitud profesional (CAP).
Tampoco es la solución la regularización de extranjeros, para lo que ya hay acuerdos con países como Perú y Marruecos. El alcance de esta medida es limitado, ya que la región compite con otras comunidades que tienen el mismo problema. Y Sánchez afirma que muchos regresan a su lugar de origen al cabo de poco tiempo.
El problema de falta de conductores es aún más acuciante en el caso de vehículos de mercancías peligrosas. Como explica Alonso Sánchez, además del carné de conducir correspondiente y del CAP, se necesita otra acreditación, denominada ADR. Esto complica aún más que haya profesionales cualificados.
Fernando Mena es el presidente de la Asociación regional de empresarios de estaciones de servicio de Extremadura (Aresex). Según indica, el sector está teniendo problemas para encontrar conductores.
En su caso, es el responsable de Gasocex, una empresa que cuenta con tres centros de distribución. «Uno lo tengo parado porque no tengo a nadie», señala. Y así lleva unos tres meses. Un problema que también sufren las grandes compañías que le suministran el combustible. Por el momento, no hay desabastecimiento para el cliente final, pero señala que las gasolineras están recibiendo los carburantes más tarde y con peor servicio.
Fernando Mena apunta que obtener el permiso ADR no es fácil. Además, hay que renovarlo cada cinco años, lo que obliga a asistir de nuevo a clases, sobre todo en fin de semana, y a afrontar el gasto correspondiente. Eso hace que no sea atractivo.
Según explica, hace años había suficientes conductores, por lo que no era una salida interesante para nuevos profesionales. Pero con el paso del tiempo están llegando las jubilaciones y no hay relevo en esta actividad. Además, asegura que las autoescuelas, que son las que imparten los cursos necesarios, tampoco tienen cursos en marcha por falta de demanda.
Por ese motivo, Aresex ha pedido a la Junta de Extremadura, tanto a los responsables de Empleo como a los de Transportes, que busquen fórmulas para que se pueda disponer al menos de cincuenta o sesenta trabajadores cualificados a corto plazo. Las ayudas que actualmente concede la Junta sólo cubren la obtención del carné.
«Ahora mismo no puede circular un camión cisterna si no tiene ADR», explica Fernando Mena, quien añade que esta acreditación es necesaria no sólo para combustibles, sino también para pinturas, disolventes, productos químicos, baterías de litio y fertilizantes. La deseada industrialización de Extremadura, con empresas como la gigafactoría de Navalmoral de la Mata y la fábrica de cátodos para baterías en Mérida, previsiblemente disparará la producción de este tipo de mercancías. «No vamos a poder transportarlas».
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