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Los delitos de motivación política aumentaron explosivamente en Alemania en 2024 hasta alcanzar los 84.172 casos registrados, un incremento del 40% frente al año anterior, según ha anunciado este martes el ministro del Interior, el conservador Alexander Dobrindt, durante la presentación del informe anual de la Oficina Federal para la Protección de la Constitución (BfV).
«El orden constitucional es atacado prácticamente a diario en Alemania», ha asegurado el político socialcristiano (CSU), quien ha explicado que el preocupante aumento de esos delitos se produjo en las áreas del extremismo de derechas e izquierda y el islamismo radical, pero también en el espionaje, sabotaje, la desinformación y propaganda, así como en atentados violentos.
Especialmente elevado fue el incremento de los delitos con trasfondo neonazi o ultraderechista de un 47,4% hasta sumar 37.835 casos, entre ellos seis intentos de homicidio y 1.121 agresiones físicas. A ellos hay que sumar 24.177 delitos de propaganda de extrema derecha, frente a los 15.081 casos registrados en 2023, según destaca el informe de 410 páginas.
La oficina responsable de los servicios de inteligencia de Alemania ha calificado de más que preocupante el aumento de los extremistas de derechas y la temprana edad a la que comienzan actuar, con varios casos de menores detenidos por la comisión de atentados como el incendio provocado de asilos para refugiados en el este del país.
La BfV registró un total de 196 ataques contra centros de acogida de peticionarios de asilo, frente a los 48 de un año antes. Los servicios de inteligencia cifran en 50.250 personas las militantes en grupos neonazis y ultraderechistas violentos, frente a los 40.600 de 2023. De ellos 15.300 son considerados especialmente peligrosos, frente a los 14.300 de un años antes.
La cifra se ha más que duplicado desde 2015, ha subrayado Dobrindt, quien ha comentado que en el seno de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), principal partido de oposición en el parlamento germano, militan 20.000 afiliados de ideología neonazi, que entre tanto dominan el discurso político de la polémica formación.
Aunque ha calificado de ultraderechista a AfD, el político conservador se ha mostrado contrario a solicitar su ilegalización ante el Tribunal Constitucional germano y ha subrayado que «nuestra tarea es expulsar a Alternativa para Alemania del centro político» con un Gobierno eficaz, que atienda las preocupaciones y necesidades de la población.
Dobrindt ha destacado que redes sociales como Instagram o TikTok y su entramado internacional son canales para la difusión de ideologías radicales y actúan como «catalizadores» para fomentar «fantasías violentas» e incluso llamamientos al asesinato de determinadas personas. «Vemos como cada vez más adolescentes se radicalizan y no en un largo espacio de tiempo, sino rápidamente», ha destacado.
El documento de los servicios interiores de inteligencia dedica un capítulo entero a los «Efectos del Conflicto en Oriente Medio y el Antisemitismo», que han conducido a una escalada de los delitos antijudíos hasta 2.775 casos y un aumento del 25,6% de las agresiones físicas contra personas que profesan esa religión hasta 54 casos el pasado año.
En cuanto al islamismo radical, los expertos de la oficina con sede en Colonia calcula que unas 28.300 personas de esa ideología viven en Alemania y que los seguidores de la organización terrorista Estado Islámico son los más peligrosos, ya que fomenta la actuación de los llamados «lobos solitarios», atacantes que actúan solos y a los que basta un cuchillo para cometer una masacre.
El informe del BfV adjudica a su vez a la extrema izquierda 5.587 delitos, con un aumento del 37,9% frente al año anterior, aunque los delitos de carácter violento adjudicados a elementos de ese espectro político retrocedieron un 26,8% hasta sumar 532 casos. Sin embargo aumentaron las agresiones contra policías por parte de la extrema izquierda un 51,6% hasta sumar 233 casos.
En cuanto al espionaje, el sabotaje, los ciberataques, las injerencias políticas extranjeras y el terrorismo de Estado, el documento presentado por Dobrindt habla de «seria amenaza para la seguridad y los intereses de Alemania» y cita a Rusia, China, Irán y Turquía como los países de los que parten la mayoría de las agresiones contra el orden constitucional germano.
El contraespionaje alemán certifica que sobre todo Rusia «actúa de manera robusta» en este país haciendo uso de los que llama «agentes de usar y tirar», colaboradores inexpertos de los servicios de inteligencia rusos que son reclutados a cambio de dinero para llevar a cabo, sobre todo, actos de sabotaje, pero también para recabar información secreta.
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