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«No nos vamos a mover de aquí», explican los últimos del Alto de Fuente Fría. Dos mujeres que viven en el número 17 del ... Alto de Fuente Fría lamentan que nadie desde el Ayuntamiento, tampoco el alcalde, les haya brindado apoyo ante la situación que están viviendo. Esa situación no es nueva pero se ha desencadenado de forma definitiva. En octubre de 2022, este diario informó del proyecto. El futuro parque de la Ribera del Marco de Cáceres contempla derribar 32 casas y construcciones, algunas de ellas en perfecto estado y con familias que tenían en ellas su vida diaria. El objetivo es habilitar 51.000 metros cuadrados libres de obstáculos para que ese suelo pase a disposición municipal y se pueda levantar una zona verde a la vez que se construyen 415 viviendas en otros terrenos vinculados a esta operación urbanística. Será entre Ronda de San Francisco y Cervantes. Algo más de dos años y medio después, los movimientos ya se materializan con el proceso de derribos.
Los operarios de la empresa que trabaja para la Agrupación de Interés Urbanístico (AIU) han entrado este lunes en el Alto de Fuente Fría con un camión y un gran contenedor. Las casas aparecen ya abiertas hacia el exterior y han comenzado a ser retirados los objetos que hay en ellas. "Las nuestras no las pueden tirar. Nosotros seguimos aquí"», explicaba la semana pasada una de las afectadas. En realidad solo quedan ya tres vecinos. Los demás han llegado a acuerdos para irse y han terminado aceptando las condiciones que les han propuesto, aunque no hayan sido las que esperaban. En algunos casos, no les daba para obtener una vivienda en condiciones parecidas a las que tenían.
Uno de los que salió fue Pachi Cañamero. Es músico y vivía en una casa baja con vistas a la Ribera del Marco. Para él era mucho más que su casa, era el lugar en el que tenía su propio estudio, en el que trabajaba y en el que, según contó a HOY, se recuperó del cáncer que había sufrido hace años. «Los vecinos damos por hecho que nos vamos a ir, pero con lo que me pagan no me llega para otro piso. No creo que pueda irme ni a un cuarto sin ascensor en Aldea Moret», reflexionaba en una conversación con este diario. Cañamero se ha ido, al igual que se han ido yendo los demás y los tres que quedan se temen lo peor.
De hecho, una de esas personas vive la casa propiedad de su suegro y también estaba ya cerca del acuerdo en las últimas horas.
La Agrupación urbanística, a través de abogados, ha gestionado las conversaciones con los vecinos. «Tienen que quitar muebles y enseres. Van a poner un contenedor para sacar lo muebles. Luego meten la máquina. Nos ha avisado el dueño», relata una de las residentes. Los operarios están en marcha desde primera hora de la mañana.
Hay carteles de obra, las puertas de las viviendas están abiertas y dentro de ellas el escenario es más parecido al de un paisaje en guerra que al de una tranquila barriada cacereña. Han aparecido pintadas. 'Ladrones. Hijos de puta', se lee en una de ellas sobre la fachada de una vivienda. Lo que se está haciendo este lunes antes de que la piqueta entre el el Alto de Fuente Fría de forma definitiva es recoger el material sobrante que queda y despejar las viviendas para ser derribadas. La empresa Araplasa procede a retirar esos elementos sobrantes que serán clasificados por orden según se trate de residuos biodegradables, envases, papel, plástico, metal... para su posterior tratamiento por un gestor especializado.
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La actividad es constante, pero no se han producido incidentes. También se ha desplazado hasta el Alto de Fuente Fría el presidente de la Asociación de Amigos de la Ribera del Marco. Este colectivo había pedido al Ayuntamiento que cambiase el proyecto urbanístico para evitar que las edificaciones fuesen derruidas. «Las demoliciones que pretenden ser ejecutadas por la Agrupación de Interés Urbanístico (AIU) San Francisco 06 lo hacen con la tutela del Ayuntamiento de Cáceres». Fue la denuncia de Amigos de la Ribera con su portavoz, Pedro Moreno Rey, al frente. La intervención, opina, se lleva por delante el paisaje de la propia Ribera con un plan que no ha contado con ningún informe de los Servicios Sociales del Consistorio, denunció ante el pleno.
«Es muy doloroso ver esto. Es una situación a la que nunca se debería haber llegado. Los vecinos no han tenido apoyo de la administración», lamenta mientras los operarios desempeñan su labor en el Alto de Fuente Fría. Amigos de la Ribera se resigna a ver cómo serán derribados los inmuebles. Al menos, habrá un acto de desagravio y reconocimiento con la colocación de algunas flores cuando el terreno quede libre.
«Yo llevo aquí toda mi vida, 54 años. Vivía al principio con mis padres ahí abajo, luego me casé y compré esta casa hace 35 años. No sé cómo acabará todo», comenta con tristeza una de las últimas residentes. También hay actividad en Ronda de San Francisco para la construcción de las 415 viviendas. El terreno ha empezado a ser despejado, con el desbroce y los primeros movimientos de tierra.
El futuro parque de la Ribera del Marco se vincula a ese gran bloque de viviendas, con seis plantas y ático. Se utiliza el sistema de compensación urbanística, ya que la Agrupación de Interés Urbanístico (AIU) SF.06, que aglutina a los propietarios con el propio Ayuntamiento, interviene para levantar los pisos junto al García Téllez. Al mismo tiempo, se libera suelo sin cargas junto a la Ribera para que el Consistorio haga un parque público. «Pero no tiene explicación que sin haber siquiera un proyecto de parque redactado quieran ya tirar las casas y echar a los vecinos», resume Pedro Moreno Rey.
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