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Ana Guerra encandiló a miles de placentinos en la Plaza Mayor, muchos de ellos muy jóvenes. J. C. R.
Feria de Plasencia

Ana Guerra teje una noche mágica en Plasencia con su vibrante Hilo Rojo Tour

La artista canaria conquistó la Plaza Mayor con un espectáculo lleno de emoción, energía y complicidad, con miles de personas coreando sus éxitos

Juan Carlos Ramos

Plasencia

Viernes, 13 de junio 2025, 08:04

La Plaza Mayor de Plasencia fue testigo de una noche mágica durante sus ferias de junio con la llegada de Ana Guerra y su esperado Hilo Rojo Tour. La artista canaria ofreció un espectáculo vibrante, cercano y cargado de emoción que hizo cantar y bailar a miles de personas bajo el cielo extremeño.

El concierto arrancó con fuerza con 'Contar mentiras'. Cerca de las 23.10, Ana apareció sobre una plataforma elevada, envuelta en luces rojas y humo escénico, con una actitud teatral y desafiante. Vestía un top amarillo de flecos, shorts vaqueros y botas altas de vinilo negro que acentuaban su presencia escénica. Al terminar la primera canción, bajó de la plataforma con tanta energía que estuvo a punto de tropezar. Entre risas, soltó un espontáneo «¡Casi me hostio!», que arrancó una ovación cómplice del público y dejó claro desde el principio que la noche sería tan honesta como intensa.

A lo largo del concierto, el repertorio se convirtió en un viaje emocional y sonoro por todas sus etapas musicales. 'Tal para cual', 'Hola, soy Ana Guerra' y 'No sabe a nada' marcaron el ritmo, mientras la plaza coreaba cada palabra con fervor. Con 'Ni la hora' y la ya mítica 'Lo malo', el ambiente se volvió eléctrico, con todo el público saltando al compás de los estribillos.

También hubo lugar para momentos más íntimos con 'Voy a pensar en ti', 'Tarde o temprano' y 'Qué sabrán', en los que Ana bajó las revoluciones para dejar que la emoción habitara en cada nota. En contraste, canciones como «Bailar para siempre» o 'Érase una vez' devolvieron la luz y el aire festivo a la Plaza Mayor.

Ana no solo cantó: habló con el público, compartió anécdotas, agradeció con humildad y se mostró cercana, divertida y real. «Voy a preguntaros muchas cosas a lo largo del concierto», advirtió.

Durante más de hora y media, Ana Guerra supo tejer su hilo rojo entre canciones, risas y complicidades. Y en Plasencia, ese hilo quedó bien anudado.

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