Cerca de 90 licitaciones de obras quedaron desiertas en Extremadura durante 2023
Algunos de los proyectos sin adjudicar, que suman 110 millones de euros, salieron de nuevo a concurso con el precio revisado al alza
«Si las licitaciones quedan desiertas es porque el precio de licitación las hace inasumibles», asegura Joaquín Sánchez, secretario general de CNC Extremadura, sobre el ... motivo para que las obras que salen a concurso en la región no se adjudiquen.
Basta un rápido vistazo a la página web de la plataforma de contratación del sector público para comprobar que es algo más habitual de lo recomendable. En 2023 fueron 87 las licitaciones que no se adjudicaron en Extremadura. De ellas, 71 quedaron desiertas y en otras 16 desistieron las empresas que concurrieron al concurso. Juntas sumaron un importe de licitación que rozó los 110 millones de euros.
En ese listado hay proyectos de todas las administraciones públicas, desde pequeños ayuntamientos a ministerios como el de Hacienda o el de Transportes pasando por diferentes consejerías. «En Educación ha habido muchos problemas por las obras en los colegios para las carpinterías metálicas, porque el aluminio se encareció muchísimo», señala José Luis Iglesias, gerente de Pymecon.

«Tenemos ejemplos que desde que se solicita la revisión de precios hasta que se hace el pago pasa año y medio»
Joaquín Sánchez
CNC Extremadura

«Hemos tenido que recurrir obras y licitaciones porque contemplaban salarios por debajo de la ley»
José Luis Iglesias
Pymecon
Precisamente, ninguna empresa se presentó a la construcción del colegio Calzada Romana, en Puebla de la Calzada, licitada por 5,5 millones de euros, con impuestos incluidos. Igualmente quedaron desiertas las licitaciones de obras de adecuación en centros escolares de Badajoz, de Salvatierra de Santiago y de Malpartida de Plasencia. «La solución es que las obras salgan a precios de mercado», insiste Sánchez.
El proceso de las licitaciones se alarga mucho en el tiempo, según la patronal del sector. «Puede ser superior al año», aporta Iglesias. Eso provoca que los precios de los pliegos queden desactualizados y más en periodos inflacionarios como el que se atraviesa desde el fin de la pandemia.
Coste de materiales
El informe más reciente de Anci (la asociación nacional de constructores independientes) expone que los precios de los materiales y de la energía han provocado un encarecimiento de las obras en ejecución entre un 12% y un 22% por término medio desde enero de 2021. «El impacto real sobre los contratos es aún mayor debido a los incrementos del coste de la mano de obra», añade el estudio de Anci.
Los sobrecostes varían en función del ámbito en que se desarrollen los proyectos. Así, según el estudio de Anci, las obras de carreteras han sufrido incrementos en sus costes de hasta el 29% en los tres últimos años; las ferroviarias del 24% y en la edificación del 18%. «En el hormigón se ha notado un gran encarecimiento y también en las construcciones asfálticas», detalla el gerente de Pymecon, para añadir que en los últimos meses los precios se han estabilizado. «Simplemente han dejado de subir, pero no se han reducido».
La escasez de mano de obra también afecta a los contratos públicos
Tres son los problemas más graves que el sector de la construcción tiene en relación a la obra pública: los precios de las licitaciones, en los que se incluyen tanto los que se publican en los pliegos como las dificultades para su revisión; el tiempo de las tramitaciones, y la escasez de mano de obra. En varias ocasiones la patronal de la construcción ya ha cifrado en 10.000 trabajadores los que necesita incorporar el sector en Extremadura para funcionar correctamente. «Más allá de los precios, hay empresas a las que les falta personal y no se arriesgan a quedarse con una obra porque es posible que no puedan cumplir con los plazos y sean penalizadas por ello», dice José Luis Iglesias, gerente de Pymecon. Ante esta situación, los representantes de los empresarios creen que facilitar la entrada de mano de obra extranjera en el país sería una opción.
Quizá la obra sin adjudicar más emblemática en 2023, por su elevado importe, fue el trasvase entre las cuencas de los ríos Pizarroso, Alcollarín y Búrdalo, que depende del Ministerio para la Transición Ecológica. El concurso se publicó en enero de 2023 por un importe de 61,5 millones de euros, sin impuestos. No concurrió ninguna empresa. «Era un proyecto de 2017 y desde la patronal ya dijimos que el precio estaba un 40% por debajo», apuntan desde CNC Extremadura.
La licitación de esta obra se volvió a publicar en julio del año pasado por 86,6 millones –exactamente un 40,8% de subida– y se terminó adjudicando ya en 2024 por algo más de 80 millones de euros. No es un caso excepcional, otros proyectos, como las instalaciones vecinales de Suerte de Saavedra en Badajoz, han tenido que modificar sus pliegos de condiciones para conseguir adjudicarse.
Sin embargo, hay administraciones reacias a corregir los pliegos. «En muchos casos hay que redactar un nuevo proyecto y en algunos organismos, como la Diputación de Cáceres, se externaliza la redacción, por lo que tienen que pagar otra vez para las modificaciones», explica el gerente de Pymecon.
De cuantías superiores a los dos millones de euros también quedaron desiertas dos obras del Cexma (la Corporación Extremeña de Medios Audiovisuales) para mejorar la eficiencia energética de sus edificios y la reforma del mercado de Calatrava para su transformación en museo, todas en Mérida.
Por eso, desde el sector se pide que las licitaciones salgan con los precios actualizados y se facilite la revisión de los mismos si cambian las circunstancias. «Hemos tenido que recurrir obras y licitaciones porque contemplaban salarios por debajo de la ley», asegura Iglesias. En esa misma línea, las empresas consideran necesario que se reduzcan los plazos de las tramitaciones.
Unas recomendaciones que no terminan de ser escuchadas. En lo que va de 2024, otras siete obras han quedado desiertas en la región. Son proyectos de menos de 250.000 euros, con impuestos ya incluidos, a excepción de la ampliación del ayuntamiento y la adecuación de la plaza de España de Casas de Don Pedro (Cáceres), que se acerca a los 600.000 euros.
Son, precisamente, los pequeños ayuntamientos los que tienen más problemas para las adjudicaciones. Por lo general a esas obras se presentan empresas locales, que no pueden asumir presupuestos muy ajustados ni tienen músculo financiero para aguantar los plazos de las revisiones de precios. «Se prolongan muchísimo en el tiempo, tenemos ejemplos de obras que entre que se solicita la revisión y se concede y se paga ha pasado año y medio; eso aprieta muchísimo a las empresas y las pone en una situación muy peligrosa para su viabilidad», asegura Sánchez.
Más complicada es la situación que se genera cuando no se procede a la revisión y los contratistas abandonan el proyecto, como ha sucedido, por ejemplo, en la obra de los pabellones militares de Plasencia. «Llega un momento en el que las empresas prefieren la penalización que seguir adelante y asumir un sobrecoste del 25%», indica Iglesias. Eso obliga a resolver el primer contrato y volver a iniciar el proceso de licitación, con lo que los tiempos se prolongan.
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