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David Sánchez de Castro
Domingo, 15 de junio 2025, 19:30
George Russell y Canadá mantienen su particular idilio un año más. El británico, que salía desde la pole, se impuso a Max Verstappen, obligado a contenerse, y a Kimi Antonelli, que se convirtió, por fin, en un piloto con podio en Fórmula 1. El casi adolescente italiano se ganó el título de piloto del día tras una carrera nada memorable, donde el intenso calor hizo que las paradas en boxes cobraran protagonismo y que acabó con un bochornoso error de Lando Norris, impropio de un piloto profesional. Lando Norris embistió a su compañero, Oscar Piatri, y acabó contra el muro.
Para los españoles ese incidente fue maná del cielo. Fernando Alonso logró un séptimo puesto que ya es su mejor resultado este año y Carlos Sainz un décimo que le sirve para salvar un fin de semana que comenzó de la peor manera posible en el circuito Gilles Villeneuve de Montreal.
Había muchas miradas puestas en el segundo lugar de la parrilla. Verstappen, apercibido de sanción, ya que solo le queda un punto en su superlicencia, arrancaba detrás de Russell, uno de sus 'enemigos íntimos'. Cuando se apagaron las luces rojas del semáforo, el neerlandés asomó tímidamente el morro sobre el Mercedes… pero ni mucho menos le atacó. No con la agresividad prevista, posiblemente, porque sabía que podía cocinar a fuego lento la batalla con el británico.
Sobre todo porque muy pronto fueron los neumáticos los que tomaron todo el protagonismo. Las altísimas temperaturas que se detectaron en el asfalto de Montreal dejaron claro que iba a ser una carrera que se iba a decidir por pura resistencia física. Así, antes de alcanzar siquiera las 15 vueltas, empezaron a rodar los monoplazas por las calles de boxes. Las luchas iniciales propiciaron algunos sustos, como Alexander Albon dándose una excursión por el monte que le costó todas las posiciones, pero más allá de eso fue un inicio más o menos previsible.
Tanto Sainz como Alonso pudieron verse peleando por la zona de puntos. El madrileño de Williams, que salía desde muy atrás después de su mala clasificación, estiró su primera entrada en boxes con unos duros que, a la postre, resultaron los más competitivos. Alonso, por su parte, se vio primero luchando por aguantar a Norris, en una batalla que ya tenía casi perdida de inicio, y luego por recolocarse en la zona de puntos. El asturiano tuvo varios rivales duros, como el propio Sainz o Esteban Ocon, que no le puso las cosas fáciles.
El diferente comportamiento de las ruedas en los coches en parrilla hizo que muchos jugaran a estrategias radicalmente distintas. Por ejemplo, Sainz no paró hasta que restaba menos de un tercio de la prueba, lo que dio buena muestra de lo absurdo que puede llegar a ser el diferencial entre compuestos de Pirelli.
De la compleja gestión de las gomas salieron vencedores los hombres de Mercedes. Russell se vio pronto en situación de asentar la victoria en un trazado que se adapta a sus características a la perfección, por delante de Verstappen, que aunque algo más lejos de lo deseado, salvó el jaque indemne y mucho más tranquilo de lo normal. Pero si hay un piloto que puede sentirse avergonzado por su actuación ese es Norris.
Y es que los McLaren se vieron peleando por alcanzar a Antonelli pero sin asumir quién debía llevar la voz cantante. Andrea Stella, otra vez, no supo dar órdenes de equipo y propició que sus pilotos peleasen entre ellos. Lo que nadie esperaba es que el piloto británico no supiese medir algo tan simple como adelantar a su compañero Piastri, que en ningún momento se movió ni le cerró. El australiano fue embestido por Norris, que acabó contra el muro, enfadado y avergonzado. Es difícilmente explicable qué quería hacer ahí el británico.
El consecuente accidente y la obligación a neutralizar la carrera hizo que la misma acabara detrás del coche de seguridad, un final algo anticlimático pero que permitió a Russell llevarse su cuarta victoria, a Verstappen un óptimo segundo puesto y a Antonelli un tercero que ya es su primer podio en Fórmula 1.
También se vieron beneficiados Alonso, con su mejor resultado de la temporada gracias a su séptimo puesto -este es el nivel-, y Sainz, que salvó un honroso punto para Williams, el único del equipo, ya que Albon abandonó a la postre tras su incidente. No fue la mejor carrera de sus vidas, pero sí un botín más que aceptable.
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