El instituto Domingo Cáceres escribe mensajes en las alcantarillas para cuidar el Guadiana
El centro educativo ha puesto placas de madera para evitar que la población tire basura al suelo que terminar en el Guadiana
El río empieza aquí. Esta es la frase que se lee en un cartel de madera fijado junto a una de las alcantarillas del pasaje ... Dulce Chacón que rodea al instituto Maestro Domingo Cáceres.
Precisamente este centro es el responsable que desde hace varias semanas las alcantarillas estén decoradas con estos carteles que buscan concienciar a la población de la importancia de cuidar el medio ambiente. «Se trata de un proyecto que hemos lanzado al observar al inicio de curso centenares de colillas tiradas en el suelo de los alrededores del centro», explica el coordinador de la actividad, Paco Domínguez, que asegura que a través de estos letreros pretenden concienciar a la población y a los jóvenes de que el nenúfar no es el único problema que tiene el río, sino la limpieza de sus aguas.
«Está en nuestra mano que la calidad del agua sea adecuada. Este centro es muy grande. Somos 103 profesores y un millar de alumnos, y las colillas que se tiran al suelo van a las alcantarillas y de ahí al río», destaca.
Esta explicación fue la que le dio a sus alumnos del grado de FP Básico, que han sido los encargados de defender el proyecto con el que quieren hacer llegar estos mensajes a las alcantarillas de la ciudad.
Para ello a lo largo del curso han desarrollado charlas en el aula sobre la importancia ecológica del río y su papel en el ciclo del agua. También han limpiado durante varias jornadas en las zonas cercanas a las arquetas y sumideros del Pasaje Dulce Chacón.
Tras la limpieza, el siguiente paso fue concienciar a los ciudadanos y la comunidad educativa para que las colillas no volviesen a ocupar el suelo de centro.
Por último hace varias semanas colocaron las placas de madera sostenible, donde se lee 'El río empieza aquí', que han elaborado los estudiantes de la FP de Marketing.
«Queríamos que los jóvenes se sintieran protagonistas. Ellos han sido los que han dado a conocer el proyecto a la población.
Desde que colocaron los carteles en las alcantarillas, Paco asegura que ha disminuido el número de colillas. «Al inicio de curso era horroroso como estaba todo. Ahora no es así, será porque estamos más al cuidado del suelo», asegura este profesor que organizó una visita con los estudiantes al tanque de tormentas.
Según cuenta esta visita fue clave para que los jóvenes de 16 y 17 años creyeran en el proyecto porque allí se sorprendieron con la cantidad de suciedad que llega a los tanques procedentes de las alcantarillas. De ahí que aunque en los alrededores del centro se siga fumando, haya disminuido la basura que cae a los colectores.
El impacto que ha tenido el proyecto con los estudiantes del centro y el cambio de actitud que ha provocado en la comunidad educativa han llevado a Domínguez a querer extender el proyecto al resto de la ciudad. «Lo ideal es que estos mensajes se extiendan por el resto de los sumideros, que el Ayuntamiento lo conozca y lo apoye como una medida para fomentar la conservación del medio ambiente», cuenta. Un trabajo que también ha servido para motivar a los alumnos. Domínguez pretende sacar la educación fuera del aula e implicar así a la sociedad para fomentar la educación.
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